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11 de julio – Día Internacional de los Aceites Esenciales

11 de julio – Día Internacional de los Aceites Esenciales

Naturaleza concentrada, tradición y bienestar
Pocos lo saben, pero el 11 de julio se dedica al Día Internacional de los Aceites Esenciales. Aunque no es una
fecha especialmente popular, sí ofrece una buena oportunidad para dar visibilidad al valor que estos extractos
naturales tienen en diferentes ámbitos como la salud, la cosmética, la limpieza, la alimentación o el bienestar
emocional.

¿Qué son los aceites esenciales?
Son extractos volátiles que se obtienen de distintas partes de las plantas (hojas, flores, cortezas o frutos)
mediante procesos como la destilación o la presión en frío. Cada uno tiene una composición química específica
que le confiere propiedades concretas.
La lavanda, por ejemplo, se asocia al descanso y la relajación; el árbol del té destaca por su acción purificante,
sobre todo en el cuidado de la piel; y el limón suele utilizarse por su efecto revitalizante y su frescor.

Un uso milenario con reconocimiento moderno
El empleo de aceites esenciales tiene raíces muy antiguas. Civilizaciones como la egipcia, la india o la china los
utilizaban en rituales, medicina tradicional o cuidados corporales. Aunque su uso ha evolucionado con el tiempo,
la idea sigue siendo la misma: aprovechar lo que las plantas ofrecen para mejorar el bienestar físico y
emocional.
Fue en 2018 cuando se estableció oficialmente el Día Internacional de los Aceites Esenciales. La iniciativa
surgió como homenaje a D. Gary Young, impulsor del cultivo profesionalizado y la divulgación de los aceites
esenciales a nivel global. Desde entonces, cada 11 de julio se propone como una fecha para promover su uso
responsable y sostenible.

Usos en la actualidad
Hoy en día, los aceites esenciales están presentes en numerosos productos y prácticas cotidianas. Se emplean
en aromaterapia, para aliviar el estrés o mejorar el estado de ánimo, pero también en formulaciones cosméticas
naturales, en la limpieza del hogar o incluso como saborizantes en la industria alimentaria, siempre con una
dosificación muy controlada.
Su versatilidad ha hecho que se integren con facilidad en estilos de vida que apuestan por lo natural, aunque no
siempre con el rigor que merecen.

¿Qué hacer en un día como este?
Aunque no sea una jornada especialmente reconocida, puede servir para parar un momento y prestar atención a
estos productos.

Se puede empezar por algo sencillo: probar un aceite que no se haya utilizado antes, quizás buscando un aroma
que encaje con el estado de ánimo del día. También es un buen momento para revisar etiquetas, entender de
dónde vienen los productos que usamos o comprobar si la marca que elegimos trabaja con transparencia.
Otra opción es compartir información con otras personas. A veces, una conversación o una recomendación
pueden despertar interés por lo natural en alguien que nunca se lo había planteado.

No hace falta hacer nada extraordinario,basta con acercarse a estos pequeños gestos de forma consciente.
Los aceites esenciales no lo curan todo, pero sí ofrecen una manera accesible de reconectar con la naturaleza
y con ciertas tradiciones que siguen teniendo sentido hoy.