Aceite de oliva y virgen extra: dos sabores, dos usos
El aceite de oliva es uno de los pilares de la cocina mediterránea y un símbolo de alimentación saludable. Sin embargo, no todos los aceites de oliva son iguales: su calidad, sabor y propiedades dependen directamente del método de elaboración.
Aceite de oliva virgen extra: la máxima calidad
El aceite de oliva virgen extra se obtiene únicamente mediante procedimientos mecánicos, como el prensado en frío, sin refinado químico. Este método preserva intactos sus antioxidantes, vitaminas y compuestos fenólicos, responsables de sus beneficios para la salud y de su aroma fresco con matices frutados.
Para ostentar esta denominación, debe tener una acidez libre igual o inferior al 0,8%, no presentar defectos en la cata y reflejar fielmente la variedad y el origen de la aceituna. Su intensidad y riqueza sensorial lo convierten en la mejor opción para consumir en crudo, potenciando el sabor de ensaladas, verduras asadas, tostadas o platos gourmet.
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Aceite de oliva: versatilidad en la cocina

El aceite de oliva convencional combina aceite refinado con un pequeño porcentaje de aceite virgen o virgen extra. El refinado implica someter el aceite a tratamientos físicos y químicos que suavizan su sabor y olor, neutralizan la acidez y mejoran su estabilidad al calor.
Aunque pierde parte de sus matices y compuestos beneficiosos, ofrece un sabor más suave y uniforme, ideal para freír o cocinar a temperaturas elevadas sin alterar en exceso el sabor de los alimentos.
¿Cuál elegir?

El virgen extra es la elección perfecta para apreciar el aceite en todo su esplendor y beneficiarse al máximo de sus propiedades. El aceite de oliva refinado, en cambio, es más práctico y versátil para la cocina diaria. En ambos casos, conocer su origen y proceso de elaboración es fundamental para garantizar calidad y sabor en cada uso.
Tanto el aceite de oliva virgen extra como el refinado tienen su lugar en la cocina. El primero es un tesoro sensorial que realza los platos más delicados, mientras que el segundo aporta practicidad y resistencia al calor en el día a día. Conociendo sus diferencias, podemos elegir el más adecuado para cada ocasión y disfrutar siempre de la calidad y la esencia de un buen aceite de oliva.
